La Sanidad Divina Es Real

Publicado en 09 20, 2015

Jehová Dios mío, A ti clamé, y me sanaste. Salmo 30:2

La sanidad divina es real. Dios continúa sanando hoy, tanto como sanó en el viejo testamento, y sanó cuando Jesús estaba en la tierra cumpliendo su ministerio.

El salmista David comienza este salmo proclamado alabanza por su sanidad. Al parecer, el estaba enfermo sufriendo de alguna enfermedad que podía ser mortal, y en su angustia y desesperación clamó a Jehová. Ese clamor sincero y lleno de fe, movió la mano de Dios para sanarlo.

El clamor siempre debe ir acompañado de fe, fe en su Palabra. No hay ninguna forma de poder clamar y recibir sin antes creer. Dios estableció la fe, y es por la fe en El y en su Palabra que podemos recibir lo que le pidamos. Hebreos 11:6 nos dice: “Pero sin fe, es imposible agradar a Dios;…” Usted puede clamar a Dios con enojo, gritando, en desespero, llorando, pero con todo eso no logrará que la mano de Dios se mueva a su favor, solo la fe puede mover el poder de Dios.

Jesús dijo: para el que cree, todas las cosas le son posible. (Marcos 9:23) Fíjese bien que dice: todas las cosas son posible para el que cree, no para el que se deprime, no para el que se enoja, no para el que se cansa, dice: para el que cree. Es una cuestión de obedecer el mandamiento, y creer.

Cuando los Israelitas estaban en el desierto, y comenzaron a morirse por causa de las picaduras de serpientes venenosas, Dios le dijo a Moisés que levantara un asta con una serpiente de bronce, y todo el que fuera picado por la serpiente, debería mirar a la serpiente de bronce en el asta y sería sanado. Ellos tenían que obedecer y creer lo que Moisés les mandaba para ser sano. Si ellos se rehusaban a mirar el asta con la serpiente, y a no creer lo que Moisés les decía, ciertamente morirían. La obediencia se iguala a tener fe. Porque solo se obedece aquello que se cree.

La serpiente de bronce levantada en el desierto por moisés, tipifica a Cristo levantado en la cruz en el monte calvario. Así como los Israelita miraban la serpiente en el asta para ser sanos y vivir, a nosotros se nos manda que miremos a la cruz, y veamos ese horrendo sacrificio que padeció Cristo por nosotros, y creamos con todo nuestro corazón que “Ciertamente llevó él nuestras enfermedades, y sufrió nuestros dolores…., y que por su llaga fuimos curados.” (Isaías 53:4-5)

Dios se le había revelado a Moisés como Jehová Rafa, Jehová su sanador. Ciertamente David creyó esta Palabra, él creyó que Jehová era su sanador, y a este Dios clamó, y Él lo sanó. La sanidad divina es real, solo basta mirar lo que la Palabra nos dice, creerlo, atesorarlo en nuestro corazón, caminar, pensar y hablar de acuerdo a ello.

Querida hermana, quizás tú piensas que no hay esperanza para ti, llevas muchos años con esa enfermedad, y ha sido muy doloroso. David dijo: “por la noche durará el lloro, y a la mañana vendrá la alegría.” (Salmo 30:5b)Tú has estado en la oscuridad de la noche con tu dolor, en lo oscuro no puedes ver, pero en la Mañana, en la claridad del día cuando tus ojos se abran a la Palabra veras tu milagro. ¡Pon los en Cristo! no importa la enfermedad que tu tengas, ni el diagnostico que te hayan dado, mira a la cruz, en Cristo hallarás sanidad para ti hoy. ¡Amén!