“¿Hasta Cuándo Claudicareis Vosotros Entre Dos Pensamientos?”

Publicado en 10 20, 2015 | Publicado bajo 2015, Comunion con Dios, confianza, fe, perseverancia, pruebas

“¿Hasta cuándo claudicaréis vosotros entre dos pensamientos? Si Jehová es Dios, seguidle; y si Baal, id en pos de él.” 1 Reyes 18:21

En ocasiones no recibimos las respuestas a nuestras peticiones porque estamos divagando sin darnos cuenta entre dos pensamientos. Por momentos nuestro corazón cree, tiene la certeza que recibirá todo lo que hemos pedido, y por momentos mirando el entorno que nos rodea decae nuestro ánimo dudando.

El apóstol Santiago nos alerta en su epístola diciéndonos: “Pero pida con fe, no dudando nada; porque el que duda es semejante a la onda del mar, que es arrastrada por el viento y echada de una parte a otra. No piense, pues, quien tal haga, que recibirá cosa alguna del Señor. El hombre de doble ánimo es inconstante en todos sus caminos.” (Santiago 1:6-8)

Santiago nos explica que es estar entre dos pensamientos. El nos dice que el que duda es semejante a la ola del mar, que es arrastrada según el viento que sople. Cuando está en un entorno de fe cree, pero cuando mira la tempestad, la circunstancia que lo rodea, los problemas duda. El apóstol es muy enfático en su epístola al advertirnos: “No piense, pues, quien tal haga, que recibirá cosa alguna del Señor.”

En muchas ocasiones solemos culpar a Dios cuando no recibimos lo que pedimos, pensamos que Dios no nos escucha o que se ha olvidado de nosotros, sin imaginarnos que el diablo nos ha llevado a estar entre dos pensamientos sabiendo que así lograría su propósito, robarnos y que deshonremos a Dios con nuestra incredulidad.

El ser inconstante en lo que creemos permite que el diablo nos robe. El enemigo siempre está a la caza de nuestra fe, para destruirla y llevar nuestros pensamientos cautivos a la incredulidad, y así pecar contra Dios dudando de su Palabra.

Tener nuestra mente entre dos pensamientos no honra a Dios. El pensar: ¿Será que Dios me oyó? Ya expresa duda. Lo único que mueve la mano de Dios es la fe, porque sin fe es imposible que nosotros agrademos al Señor. (Hebreos 11:6)

Es muy difícil creer que tenemos lo que hemos pedido cuando todo a nuestro alrededor nos grita que no hay solución, que no hay más salida para nuestros problemas, por esta razón la Biblia nos manda a poner nuestros ojos en Jesús. (Hebreos 12:2) Al poner nuestros ojos en Él, no hay la menor posibilidad de que dudemos, porque en esa mirada, seremos llenos de Su amor, seremos llenos de fe, y nuestra confianza estará firme en Él.

Querida hermana, quizás tú te encuentras hoy vacilando entre dos pensamientos, y El Señor te dice: “¿Hasta cuándo claudicaréis vosotros entre dos pensamientos? Si Jehová es Dios, seguidle; ...”. Por tanto, si crees que Jehová es tú Dios, y crees que Él es grande y poderoso para cambiar tu desierto en un estanque de agua, tus pensamientos tienen que estar fijos en Dios, firmes en sus promesas, conociendo que Él es fiel a Su Palabra y el milagro sucederá. ¡Amén!