Dando lo Mejor de Mi

Publicado en 03 22, 2013 | Publicado bajo 2013, Amor, Entrega

“Entonces María tomó una libra de perfume de nardo puro, de mucho precio, y ungió los pies de Jesús, y los enjugó con sus cabellos; y la casa se llenó del olor del perfume.”

-Juán 12:3

Dar lo mejor de nosotras para el Señor es sublime, y es agradable a los ojos de Dios; pues Él dio lo mejor, Su Hijo, su único Hijo, Su Primogénito para salvarnos.

La historia que encontramos en este capítulo 12 de Juan es hermosa. María era una mujer común y corriente como nosotras. Pero el acto que ella hizo de dar todo lo mejor que ella tenía, la sacó del anonimato, del estereotipo acostumbrado en una mujer y la hizo conocida. Su acción de dar lo mejor que ella tenía se divulgó desde los días de Jesús hasta nuestros días.

El Evangelio de Juan nos cuenta que Jesús vino a la casa de Lázaro hermano de Marta y María y le hicieron allí una cena. Pero esta sencilla mujer no se conformó con prepararle solamente un banquete al Señor; reconociendo la majestuosa visita que estaba en su casa ella quiso darle algo más que una comida, ella quiso dar algo de más valor que representara su amor, su devoción, su agradecimiento.

María quiso dar a Jesús lo mejor que ella tenía, algo que le costaba mucho. Tomó una libra de perfume de nardo puro, de mucho precio y ungió los pies de Jesús y también lo derramó sobre sus cabellos. Este perfume era muy caro. La Biblia dice que este perfume costaba trescientos denarios, siendo que el salario de un día de trabajo en ese tiempo era de un denario; ella estaba dándole a Jesús aproximadamente el salario de un año entero de trabajo. El rey David dijo: “No daré al Señor nada que no me cueste.” 1 Crónicas 21:25 Y María lo corroboró con su acción.

María amaba a Jesús y se deleitaba oyendo Su Palabra, por lo que entendemos que para darle lo mejor a nuestro Señor, tenemos que conocerle, tenemos que amarle. Este perfume era lo mejor que ella tenía, al derramarlo a los pies de Jesús dejaba ver el inmenso amor que esta mujer tenía por su maestro.

¿Estás dando lo mejor de ti para el Señor? ¿Estás con tus hechos dejando ver tu amor hacía Él? El amor de María por su Maestro, fue lo que la impulsó a darle a Jesús lo mejor que ella tenía. El amor del Padre por nosotros es el que lo llevó a dar a su Hijo por todos nosotros. El amor de Jesús por nosotros fue el que lo motivó a no estimar el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse, sino que se despojo a sí mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres; y estando en la condición de hombre se humillo así mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz. (Filipenses 2: 6-8)

Es tiempo de meditar en el gran sacrificio de Jesús por nosotros, y reflexionar, y preguntarnos a nosotras mismas ¿estoy dándole a Él lo mejor de mí? Rindámonos pues delante de Él, y dejemos que nuestro amor por nuestro maravilloso Señor se refleje en nuestras acciones, entregándonos sin medidas ni reservas a su servicio. Como María, nosotras también mis queridas hermanas, sin importarnos el costo digámosle en oración: Señor Jesús, te doy hoy lo mejor de mí.

En Cristo,

Dámaris Yrion