Espera Tu Milagro, porque sin duda vendrá, no tardará
“Aunque la visión tardará aún por un tiempo, mas se apresura hacia el fin, y no mentirá; aunque tardare, espéralo, porque sin duda vendrá, no tardará.” Habacuc 2:3
El profeta Habacuc demuestra en el principio de su libro estar abrumado por las circunstancias que le rodeaban. En el Capítulo 1 los versículos del 1-4 vemos que él cree que Dios se había olvidado de Israel, que las palabras de su oración habían quedado olvidadas porque Dios no oía, y Su presencia no se hallaba más en el pueblo. Él le recrimina a Dios por su silencio y por su aparente pasividad ante la difícil situación en Israel, y le insta a que le responda diciendo: “Sobre mi guarda estaré, y sobre la fortaleza afirmaré el pie, y velaré para ver lo que se me dirá, y qué he de responder tocante a mi queja.” Habacuc 2:1
Esta sensación de que Dios no nos oye en medio de algún problema o situación difícil en la que nos encontramos es muy común también entre nosotros hoy día. Si no vemos la respuesta inmediatamente pensamos que nuestra oración no fue escuchada. Pero este razonamiento no obra según la verdad, es erróneo, pero el diablo persiste en su obra mentirosa para que lo creamos porque él la usa para oprimirnos.
La verdad es que Dios oye la oración de sus hijos y Él le contestó al profeta diciéndole: “Aunque la visión tardará aún por un tiempo, mas se apresura hacia el fin, y no mentirá; aunque tardare, espéralo, porque sin duda vendrá, no tardará.” Habacuc 2:3
Dios tiene un tiempo predeterminado para todas las cosas, y las respuestas a nuestras oraciones están en su tiempo. En el libro de Eclesiastés 3:1 se nos dice que: “Todo tiene su tiempo, y todo lo que se quiere debajo del cielo tiene su hora.” Debemos de entender que Dios ha trazado un plan perfecto para nuestras vidas, pues nosotros somos sus hijas y Él sabe lo mejor para nosotros. El resultado de la espera es de acuerdo a Su propósito en nosotros, Él conoce el porqué de todas las cosas, pero sin duda alguna Él responderá.
La seguridad que tenemos de recibir lo que hemos pedido reside en Dios mismo, pues Él no puede ir en contra de su Palabra, Él nos ha dado muchas promesas donde nos asegura que Él oye la oración y la responde. Por lo tanto Él no tardará en responder, el cumplimiento de sus promesas no tomará más tiempo que el planeado por Dios.
En 1 Juan 5:14-15 Dios nos habla por medio del apóstol Juan dándonos una Palabra de fe y confianza, una tremenda promesa para apoyar nuestras oraciones. El dice: “Y esta es la confianza que tenemos en él, que si pedimos alguna cosa conforme a su voluntad, él nos oye.
Y si sabemos que él nos oye en cualquiera cosa que pidamos, sabemos que tenemos las peticiones que le hayamos hecho.”
Si creemos que Él nos oye, entonces tenemos que creer también que ya ha respondido aunque todavía no lo veamos en el mundo físico.
Querida hermana, no dudes de Su fidelidad, ciertamente Dios oye y responde la oración. No mires el tiempo trascurrido ni la veracidad de tu situación delante de tus ojos. Confía en Dios y espera tu milagro, porque sin duda vendrá, y no tardará. ¡Amén!