La Paciencia, el Ingrediente Indispensable en Nuestras Batallas de Fe
Publicado en 05 22, 2014 | Publicado bajo 2014, paciencia, perseverancia, pruebas
“Mas tenga la paciencia su obra completa, para que seáis perfectos y cabales, sin que os falte cosa alguna.” Santiago 1:4
La paciencia es uno de los frutos del Espíritu que menciona el apóstol Pablo en Gálatas 5:22-23 que debe morar en la vida de un cristiano nacido de nuevo. Este fruto en particular es muy difícil de desarrollar, pues como vivimos en un mundo donde todas las cosas se obtienen de una manera rápida, nos resulta muy incomodo e inconveniente para nuestra vida espiritual tener que ejercitarlo.
El apóstol Santiago también nos habla en su epístola sobre la paciencia, y en su escrito nos enseña la forma en que se desarrolla esta cualidad en nosotros. Él comienza diciendo en su libro que: “la prueba de nuestra fe produce paciencia”; por lo que entendemos que es en medio de nuestras aflicciones donde la paciencia hace su entrada para desarrollarse.
Nadie quiere escuchar la palabra paciencia cuando está en medio de un conflicto o prueba, no queremos saber de nada que nos haga esperar, todos queremos oír una palabra que nos abra la puerta para salir de la prueba y acabar con el sufrimiento o recibir lo que tanto hemos pedido. Sin embargo, debemos aprender que hasta que este fruto del Espíritu crezca y se desarrolle en nosotros no vamos a recibir nada ni tampoco terminará el tiempo de prueba por el que estemos pasando. Santiago nos advierte que la paciencia necesita terminar su obra completa en nosotros para que no nos falte cosa alguna.
El problema radica en la forma en que nosotros entendemos la palabra paciencia. Por lo general cuando leemos estos versículos nos desanimamos pensando en que tenemos que sentarnos a esperar por un largo periodo de tiempo hasta que podamos recibir lo que tanta ansia nuestro corazón, pero esto no es así. La realidad es que la paciencia aquí significa la capacidad para resistir. La paciencia no es sentarse a esperar que transcurran los años en resignación, ¡no! Paciencia es la forma en que enfrentamos nuestra prueba, es la actitud con que encaramos las circunstancias. La paciencia es la que nos induce a pararnos firmes y resistir todas las mentiras que el diablo quiera traernos a la mente.
Solo bajo la presión de las pruebas podemos comprobar la verdadera profundidad de nuestra fe en Dios. Si tenemos una actitud de tristeza, melancolía y resignación, la paciencia no está obrando su obra perfecta en nosotros, pues no estamos con una actitud de fe y confianza esperando lo que estamos pidiendo. Muy por el contrario, probablemente estamos acariciando espíritus de incredulidad y duda que nos están separando de nuestro buen Dios. Es por medio de la paciencia, mis queridas hermanas, que nosotros podemos dejar que Dios nos moldee hasta hacernos semejantes a Cristo.
Paciencia habla de fe, es una actitud de triunfo, es una actitud con expectación de lo que está por llegar porque ya Dios lo hizo. Quizás en estos momentos estés enfrentando una fuerte batalla, quizás estás a punto de bajar tus manos y desistir. Mi querida hermana reflexionemos, Dios es bueno, Dios es fiel, Dios conoce su situación, ten paciencia y pon esta palabra en tu corazón: “Mas tenga la paciencia su obra completa, para que seáis perfectos y cabales, sin que os falte cosa alguna.” Y recibirás tu victoria ¡Amén!