Se Ejemplo
Publicado en 08 16, 2017 | Publicado bajo Comunion con Dios, confianza, fe, vida cristiana
“Ninguno tenga en poco tu juventud, si no sé ejemplo de los creyentes en palabra, conducta, amor, espíritu, fe y pureza.” 1Timoteo 4:12
Días atrás mi hija Kathryn vino a la cocina donde yo estaba, me abrazó y me dijo: _Mami, yo quiero ser como tú. Aunque sus palabras me emocionaron y dieron alegría y felicidad a mi corazón, también me hicieron reflexionar sobre la importancia de dar ejemplo.
El apóstol Pablo claramente le dice a Timoteo que fuera ejemplo. Ejemplo en conducta, amor, espíritu, fe y pureza. No podemos hablarles a nuestros familiares, vecinos, compañeros de trabajos del amor de Dios, si nuestro testimonio es reprobado.
Una vez conocí a una familia que, aunque se proclamaban ser buenos cristianos, no obstante, su testimonio dejaba mucho que desear. En su casa, eran déspotas, gritones, mal hablados y violentos; todos sus hijos estaban en el mundo y no querían saber nada de Dios por el ejemplo que habían tenido en su casa.
No hay mejor mensaje que el que se predica con el ejemplo. Un buen testimonio habla más que mil palabras.
Usted puede pasarse la vida enseñando a sus hijos, no obstante, si su enseñanza no está acompañada de su ejemplo de nada le va a servir hablarle. Los niños son como una esponja que absorbe el agua, por tanto, ellos hacen más lo que ven hacer, que lo que le dicen que haga.
Usted puede hablar del amor de Cristo cada día a su vecino o compañero de trabajo, pero si su predicación no va respaldada con su ejemplo, su mensaje se lo llevará el viento. Porque, ¿Cómo puedo uno hablar del amor de Dios si vive en enemistades? O ¿cómo puede hablar de respeto si se tiene reputación de peleonero? ¿cómo puede hablar de fe si es un incrédulo?
No se olvide que hemos sido llamados a ser imitadores de Cristo. Tenemos que seguir sus pisadas, tenemos que vivir de acuerdo a lo que la Palabra nos dice. No importa la edad que usted tenga, usted es llamado a ser ejemplo. Por tanto, seamos ejemplo a los creyentes y a los no creyentes en conducta, amor, espíritu, fe y pureza. ¡Amén!